El análisis realizado sobre las tipologías estilísticas existentes nos llevó a una decisión estratégica de posicionarnos en lo que definimos como una “modernidad clásica” en busca de un espíritu atemporal. De esta forma transmite la calidad de un vino de autor de una bodega boutique.

Al tratarse de una bodega nueva, carecía de notoriedad y reconocimiento de marca, por lo que se tuvo que trabajar sobre elementos distintivos que pudieran ser sistematizados, buscando la diferenciación y un “impacto sofisticado”.

La identidad de marca creada para servir de acuerdo a los objetivos estratégicos de la etiqueta, principal vehículo de comunicación comercial y emocional de la marca. Se seleccionaron tipografías, colores y acabados superficiales para mantener un equilibrio entre modernidad, tradición y exclusividad.

El elemento más distintivo de la marca Giallonero es su sistema de ilustraciones, diseñado para complementar el logotipo y el resto de elementos en la tarea de crear una identidad única y consistente, con rasgos reconocibles y memorables.